El virus que golpeó a América Latina
La pandemia ocasionada por el COVID-19 fue -y sigue siendo- una noticia de primera plana. Millones de personas infectadas y miles de muertes fueron sólo una parte del recuento total que esta enfermedad sin precedentes trajo consigo. Como era de esperarse, dadas esas condiciones el escenario económico que se proyectaba no sería el mejor. Otra de las consecuencias de esta pandemia fue la enorme contracción económica por la que hoy en día atravesamos y que, de acuerdo con datos obtenidos por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), ha sido la peor desde 1946.
Ante la inminente caída del PIB de un gran número de países –con la excepción de China–, los altos niveles de liquidez y las bajas tasas de interés, el endeudamiento global ha ido incrementando a grandes pasos y, aunque se espera que para el año 2021 la tasa del crecimiento de la economía se recupere de manera gradual, nos enfrentamos todavía a un escenario financiero y comercial prácticamente incierto.
De manera casi obvia, América Latina parece ser la región más golpeada por la pandemia, pues los latinoamericanos hemos recorrido una larga trayectoria de bajo crecimiento económico. Además, es importante mencionar que, al menos para nuestra región, la desigualdad social, baja productividad, pobreza y la solidez en el sector salud se erosionan con el paso del tiempo y, ante la situación mundial, éstos son sólo algunos de los problemas que parecen no tener solución para los gobiernos de Centro y Sudamérica.
Bien se sabe que las soluciones propuestas por académicos y economistas siempre sugieren el cambio en las políticas fiscales, monetarias, industriales y ambientales que promuevan el desarrollo –sostenible, claro está– en América Latina. Sin embargo, parece ahora de más importancia que en nuestra región se recupere el sector de salud y, posteriormente, el sector económico.