La inversión extranjera y el crecimiento económico de México

La inversión extranjera y el crecimiento económico de México

El crecimiento económico es uno de los grandes tópicos de discusión en el país y lo ha sido por muchos años, es quizá el más grande misterio dentro de la economía. Acumulación de capitales, particularmente físico y humano, desarrollo tecnológico, mercados más competitivos, mejores instituciones y productividad, son algunos de los indicadores que inciden directamente en el avance económico.

Otro factor que se relaciona fuertemente con todos los componentes anteriores es la Inversión Extranjera Directa (IED) y la innovación dentro de este campo. Se considera como Inversión Extranjera Directa la participación de inversionistas extranjeros en el capital social de empresas mexicanas, así como en las actividades y actos contemplados por la Ley.

México ha tenido gran cultura de comercio exterior a través de más de 30 años desde 1986 con la apertura comercial que experimentamos en el mundo entero y de la cual hemos sido grandes beneficiarios y malos administradores de esa riqueza. La evolución de la actividad del comercio exterior mexicana se puede resumir en las siguientes etapas:

Aunque México es uno de los países emergentes más abiertos a la inversión extranjera directa y el decimoquinto mayor receptor de IED del mundo, en los últimos años, la competitividad del país se ha visto afectada por la falta de reformas en el sector energético y las regulaciones fiscales, entre otros. Pese al crecimiento del sector bancario, las tasas de interés siguen siendo comparativamente altas para PYME, y la estabilidad económica del país se encuentra fuertemente ligada a Estados Unidos, por lo cual urge diversificar nuestro comercio hacia otros mercados del mundo.

El informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) del 2018 expone que en 2016 la gran mayoría de países de la región registraron caídas en las entradas de Inversión Extranjera Directa (IED). Según los datos del propio documento, en México, la segunda mayor economía de Latinoamérica, la inversión extranjera disminuyó un 8.8% en 2017.

La mala asignación de recursos hace que el país tenga una baja evaluación en cuanto a competitividad y productividad. Se ofrecen contratos de trabajos inadecuados que genera una insuficiente capacitación. De ahí la importancia de ofrecer la oportunidad de acceso a una educación continua de los trabajadores y que al mismo tiempo esté al alcance de todas las economías familiares.

En cuanto a la entrada de IED, el informe de la CEPAL anuncia una disminución en el sector de los recursos naturales y un incremento en los de servicios y manufacturas. Los países de la Unión Europea continúan siendo la principal fuente de IED para América Latina y el Caribe en su conjunto. Por otra parte, señala que las salidas de IED desde los países de la región han disminuido en mayor medida que las entradas, y han ascendido tan solo a 23.416 millones de dólares.

Los pronósticos de crecimiento para las economías latinoamericanas colocan a México en un 1.7% de crecimiento, mientras que sitúan a América Central a niveles promedio de 3.2%, República Dominicana a nivel de 6%, Perú, Bolivia y Panamá entre 3.6 a 4%.

Recientemente, el Banco Mundial (BM) recortó su expectativa de crecimiento para México para éste y el año entrante, como resultado de un ambiente incierto por el retraso en la ratificación del Acuerdo de Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. El organismo prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) mexicano crecerá 1.7% este año, una tasa inferior a 2.3 % estimado por ellos mismo en enero pasado como se puede observar en el siguiente gráfico:

El empresariado mexicano cuenta con recursos suficientes para garantizar la inversión sin estar ajeno al vaivén económico mundial al cual estamos indudablemente vinculados. Minimizando riesgo, traer capital de regreso es importante y para ello se hace necesario generar confianza y establecer reglas claras. Una amnistía de repatriación es imprescindible.

Aumentar la inversión productiva en más industrias permitirá reducir los niveles de desigualdad en el país. Un punto clave en la diversificación y expansión de nuestro comercio, más allá de la fuerte relación que existe con Estados Unidos, es la inversión en la infraestructura (puertos, aeropuertos y carreteras). Todo ello, unido a reformas administrativas en el proceso aduanal, nos permitirá elevar el interés en las exportaciones mexicanos en mercados tan interesantes para nosotros como lo son el europeo y el asiático.

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