¿La Educación Fracasa?
El éxito depende la preparación previa y sin ella, seguro que llega el fracaso. Confucio (Filósofo chino551-479 a.c.)
Hablar del éxito de la educación implica entender que en la sociedad actual, el aprendizaje es continuo. Por lo mismo, es indispensable pensar en instituciones que actualicen permanentemente los conocimientos, al mismo tiempo de preparar a los estudiantes para desarrollar la capacidad de evolución personal y de convertirse por ellos mismos en agentes de cambio social.
La educación en su sentido más amplio, es el medio de la continuidad de la vida, debido a que cada uno de los elementos constitutivos de un grupo socia
l, tanto en una ciudad moderna como en una tribu salvaje, nace inmaduro, indefenso, sin lenguaje, creencias, ideas, ni normas sociales, lo que determina la necesidad de la educación. (D
ewey, 2004).
Para lograr el éxito en esquemas educativos, se requieren educadores sólidamente formados y transformados, que entiendan que su misión pri
mordial es estimular el aprendizaje y la formación humana y ciudadana de sus alumnos.
“La educación fracasa no sólo cuando los alumnos no adquieren las competencias e
senciales, sino cuando no es capaz de transmitir a los alumnos, la motivación y el interés por construir un mundo y una sociedad más humanos, más equitativos y más justos”, (Pérez, 2004).
Con este planteamiento de la educación, se estaría en la posibilidad de fomentar en el estudiante una perspectiva de aprendizaje para la vida. No para hacer una carrera profesional, sino para asumir su compromiso de servir a la comunidad a la que pertenece, desde los niveles educativos previos. Para ello, el docente debe asumir un rol de liderazgo activo y transformador. En pocas palabras debe existir una planeación previa y asegurar la trascendencia de la propia educación, en conjunto con los preceptos de la UNESCO:
r en el estudiante una perspectiva de aprendizaje para la vida. No para hacer una carrera profesional, sino para asumir su compromiso de servir a la comunidad a la que pertenece, desde los niveles educativos previos. Para ello, el docente debe asumir un rol de liderazgo activo y transformador. En pocas palabras debe existir una planeación previa y asegurar la trascendencia de la propia educación, en conjunto con los preceptos de la UNESCO:
- Aprender a vivir juntos, conociendo mejor a los demás y así poder realizar proyectos comunes y prevenir y solucionar conflictos.
- Aprender a conocer, teniendo en cuenta los cambios derivados del avance científico y las nuevas formas de la actividad económica y social.
- Aprender a hacer, adquiriendo competencias para hacer frente a diversas situaciones.
- Aprender a ser, que exige mayor autonomía y capacidad de juicio.
La educación entonces, no fracasa… avanza tal vez, hacia un éxito lento, que puede requerir una recomposición, a través de la misma educación. Debe establecer una relación entre el educador y el educando, así como de la Institución que ofrezca el servicio. Debe generar un proceso desocialización con un panorama de valores, de ética y de un comportamiento congruente con las necesidades de la sociedad. Los estudiantes que se forman en la escuela, deben servir más adelante a la sociedad y se constituyen, como decía Fromm, en la revolución de la esperanza.
En IESCIM, formamos profesionales con valores, comprometidos con la sociedad a la que sirven.
Referencias Bibliográficas
Dewey, J. (2004). Democracia y educación. México: Morata.
Fromm, E. (1970) La Revolución de la Esperanza. México. FCE.
Pérez, A. (2004). Educar para humanizar. México: Narcea.